El Autor Ismael Cala Cuenta Detalles Desconocidos Sobre Su Historia
Hola, soy Ismael Cala, autor de «El poder de escuchar» y otros libros de desarrollo humano, crecimiento y liderazgo. Soy el fundador y presidente de la Fundación Ismael Cala y de la Alianza de Impacto Latino, junto a Pavlik Foundation.
¿Cómo descubriste tu talento?
Yo creo que el primer talento que identifiqué en mí, gracias a una señora que llegó a mi aula de cuarto grado cuando yo tenía sólo ocho años, es que me encantaba compartir historias, comunicar historias. Y ya yo lo hacía en la iglesia porque mi abuelita me llevaba a la iglesia. Hice mi primera comunión y catequesis en un país como Cuba, donde estaba prohibida la religión. Es decir, que a los 11 años ya no pude seguir. Pero a los 8, mi vida cambió cuando levanté la mano. Esta señora, Nilda de Alemán, que todavía vive a sus 86 años en Santiago de Cuba, mi ciudad natal, dijo: «Niños, ¿quién quiere leer en voz alta? Porque estoy reclutando niños para hacer un programa dramatizado en radio».
Yo dije: «Guau, en radio, narrar, actuar. Ya leí en la misa en la iglesia. Dije, este es el próximo nivel, el próximo paso». Entonces, ahí descubrí que tenía una vocación y que tenía un talento por contar historias y por comunicar historias, sobre todo para que otros pudiesen escucharlas. Y ese, yo creo que fue mi primer talento. Y fíjate que creo que fue una habilidad importantísima, porque hoy por hoy, y los zúpers trabajan en esto, comunicación asertiva, comunicación no violenta, el tema del saber escuchar, que fue mi primer libro «El poder de escuchar». Todo eso viene conectado a ese momento, a los 8 años, donde levanté la mano tímidamente, pero mi destino cambió.
¿Se pueden heredar los talentos?
Los talentos tienen un porcentaje que yo siento que pueden ser contextuales, del contexto del entorno y hasta un poquito hereditarios. Porque obviamente vienes de una familia donde tu abuelo fue abogado, tu papá es abogado. Ves, como niño, a tu padre trabajar en el derecho y haces preguntas y te entusiasma. Y tu papá, además, con mucha pasión, te dice: «A lo mejor algún día serás abogado». Y eso influye mucho en cuanto a la decisión que toma un adolescente en qué quiere estudiar.
Pero yo siento que los talentos también son únicos en el sentido de que no necesariamente uno es o le gusta lo que ve que le gusta a su madre o le gusta a su padre. Llega un momento en nuestras vidas donde uno tiene que decir: «¿Qué soy? ¿Qué realmente quiero ser?» Y encontrar la zona de genialidad y los talentos que tenemos dentro, que no necesariamente van a coincidir con los que tienen nuestros progenitores o nuestro círculo más estrecho.
En mi caso, por ejemplo, mi padre fue ingeniero químico. Influyó muchísimo porque yo estuve a punto de estudiar ingeniería química para seguir sus pasos. Mi mamá no llegó a la universidad, fue una secretaria. Pero la vocación pudo más, mi talento de comunicar pudo más. Y por eso, cuando me tocó estudiar, dije: «Estudio algo que esté relacionado con esto».
Entonces, siento que es como la pregunta del líder: ¿nace o se hace? Bueno, no he conocido ningún líder que no haya nacido. Todos nacieron. Pero en realidad, el liderazgo se hace. Y los talentos también se trabajan, con disciplina, con mucha pasión, con perseverancia y un poco de paciencia. Porque llegar a tener maestría en algo lleva, por lo menos, un promedio de 10.000 horas de práctica.
¿Cómo mantenerse enfocado?
«Uno de los ejemplos más fáciles de poner para perder el enfoque es cuando uno migra, digamos, y yo tuve varias migraciones y cuando salí de Cuba a los 28 años, era muy fácil desenfocarse. De hecho, yo recuerdo que tuve que dejar la industria de los medios masivos de comunicación y trabajar como mesero. Y fíjate, es interesante porque siempre supe que mi enfoque era volver a los medios masivos de comunicación, pero que haría lo mejor posible los trabajos que, en esa transición, me tocaran hacer. Fui mesero de un restaurante dominicano, fui mesero de un restaurante italiano, fui profesor de español (que era un dolor de cabeza porque, aunque uno hable español, yo no sabía enseñar bien la gramática a los canadienses; eso fue en Toronto), animé un cabaret con cena. Entonces, muchos trabajos de transición, pero no perdía el enfoque. Escribía todo el tiempo hacia dónde era mi norte, cuál era mi sueño, hacia una estrategia de decir: en menos de dos años, estaré de vuelta en lo que constituye mi esencia y mi pasión, y así lo logré. Entonces, el poder de visualizar el futuro es lo que nos garantiza el enfoque. Si el ser humano no tiene una convicción, pero además, con una emoción elevada y claridad intencional de hacia dónde va, pierde el rumbo porque la vida nos lanza curvas, nos lanza desvíos, pero si tú no tienes el foco a dónde vas, entonces no tienes la intención correcta. Y lo mismo le pasó en EEUU, yo llegué a EEUU, no tenían, digamos, un trabajo fijo, pero yo sabía que yo quería llegar a CNN en Español y convertirme en uno de los presentadores titulares de la cadena, y me costó diez años, desde el 2001 hasta el 2010, a finales, diez años, una década. Eso es para mí enfoque, es no tirar la toalla, no dejar caer tu sueño, ser perseverante y tener paciencia, y sobre todo, prepararte para que las oportunidades que llegan tú las puedas aceptar y responder con excelencia.»
Un tip para construir un proyecto de vida
Créeme que el antídoto para uno crecer ilimitadamente y no sentir resentimientos en el proceso es agradecer todos los días al levantarse. Octubre en los días también, hacerlo dos veces al acostarse también. Tú dices: ¿Por qué agradezco este día que he vivido, que aprendí con qué choque y eso que me hizo, además, darme con la pared? Que me enseñó cómo lo haré mejor mañana. Y cuando uno se va con ese conocimiento a poner su cabecita en la almohada, te expande es la conciencia y puedes tener la ambición más grande del mundo y tu visión, además, va a ser una visión de un líder, como digo yo, el líder bambú, que es el líder mindfulness exponencial. Es alguien que se autoconoce, como los súper tienen en este programa de habilidades de autodescubrimiento. Te conoces más, creces mejor, creas una mejor visión y con esa visión impactas el mundo. Ahí está. Ya a pocas personas se les ocurre hablar de este tipo de habilidades como habilidades blandas porque, para mí hoy, son las duras. Hoy son estas habilidades, las que en este caso, siendo yo Ismael Cala, el líder que hoy me siento ser, con toda humildad, pero de esas habilidades y no muchas de las otras asignaturas que me dieron en la escuela, las que me han llevado a un nivel de autoconocimiento y de impacto social que puedo compartir con el mundo. Entonces, ya lo dijo Gandhi cuando dijo: «Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo».
Te invito a que cada día tuyo no pase por accidente, sino que cada día sea un día donde tú cuentes cada segundo y que lo hayas hecho una buena inversión y no un mal gastar del capital más importante que tienes, que es tu tiempo, tu energía. Te invito a que sigas aquí viendo mucho más material en loszúper.tv y que también te conviertas en un graduado de este maravilloso movimiento que es lo Zúper. En algún momento nos encontraremos en el camino de la vida.