UAM TOKS | Charla con Gabriel Vallejo | Todos Podemos Cambiar El Mundo
Cuando la Universidad y Daniel Vélez me hicieron esta generosa invitación para compartir con ustedes y hablar de la cuarta revolución industrial, que tiene que ver con cómo vamos a utilizar el tiempo, la experiencia y el talento de las personas, sentí que había algo importante que debía decirles. Hay una persona en Manizales y en Caldas que, en mi opinión, debería sentirse muy orgullosa. Siempre que uno va a nivel internacional y pregunta de dónde es, mi abuela, que es de Pereira, dice: «No, usted nació en el Viejo Caldas, nació aquí». Esa persona, en mi opinión, es el mejor embajador que la región puede tener, y se llama Gabriel Vallejo.
Gabriel lleva muchos años dedicado a entender el servicio al cliente. Ha sido vicepresidente de tiempo, gerente del Canal Capital, trabajó en el Nobel y creo que si queremos empezar a cambiar el mundo, cada uno de nosotros debe pensar en cómo podemos cambiar nuestro propio entorno. Con Gabriel, podemos aprender cómo hacerlo, porque en la cuarta revolución industrial, el eje cafetero no tiene por qué ser una víctima, sino que podemos liderarla con nuestras habilidades.
Lo que necesitamos es ponernos de acuerdo sobre cómo alinear no solo las empresas y universidades, sino también los astros, para que las cosas sucedan. Gabriel aceptó mi invitación para hablar con ustedes sobre cómo todos podemos cambiar el mundo. Así que, si me acompañan, den un aplauso a Gabriel. [Aplausos]
Buenos días, don Gabriel. Es un saludo muy especial. Nos van a proporcionar unas sillas para los editores. Es una universidad maravillosa. Caminando con Juan, vimos que tienen una sensibilidad especial por la naturaleza, las plantas y las flores, cosas que para muchos pueden pasar desapercibidas, pero que reflejan el sentimiento de quienes tienen la convicción de que en lo simple y sencillo de la vida es más fácil encontrar la felicidad y la satisfacción donde está el encanto de lo que nosotros hacemos si yo me siento profundamente honrado de que mi gran amigo me haya invitado a este conversatorio que másque un conversatorio es un diálogo informal y más allá de lo que juan representa en el mundo como copresidente del foro económico mundial.
Como el tema de los puestos que tienen en ser profesor y demás, pues me parece que Juande representa el sueño de lo que muchos quisimos cerrar base en la vida. Y lo primero que yo quiero preguntarle porque acá estamos ante un auditorio muy mezclado de personas muy jóvenes como nosotros, unas personas obviamente mayores, pero aquí hay muchos estudiantes. Entonces, ¿and David, cuando uno piensa en el libro suyo que es mágico además se lo recomiendo a todos, pues la mayoría de estudiantes hoy cuando ustedes preguntan que quiere hacer quieren ser emprendedores porque en general la gente no quiere tener hoy un puesto de trabajo fijo en términos de un jefe una persona que marque tarjeta y demás? Y cuando uno lee el título del libro y uno dice «Todos podemos, todos podemos cambiar el mundo, cambiar el mundo gracias, todos podemos cambiar el mundo», pues el título suena maravilloso, pero también suena un poco soñador porque no le cuenta al auditorio y nos cuenta cuáles serían los tres elementos que en su experiencia han sido fundamentales y definitivos en términos de poder iniciar un emprendimiento. Los tres, ¿usted decir mis tres puntos concretos que yo le diría a una persona que tengo el frente sobre el emprendimiento? ¿Cuáles?
Gabriel, gracias. Ustedes ven perfecto si ustedes también la mejor. Y yo creo que uno de los retos que tenemos nosotros, yo creo que no solamente a la hora de hacer un emprendimiento social o de negocio tecnológico, y yo creo que nos han obsesionado, nos han insistido mucho que hay que tener buenas ideas. Y yo creo que el principal problema que tiene o que tenemos nosotros es que nos enamoramos muy rápido de las ideas, y entonces no sé si les pasa como que uno no tienen como lo queramos un chispazo de creatividad y entonces uno está en el baño y dice «esto lo que tengo que hacer» y al otro día arranca y se lo empieza a vender a todo el mundo y tengo una idea y tengo una idea y tengo una idea. Yo creo que el problema que tiene eso es que hay ideas que no resuelven ningún problema, y creo que parte de la conversación de «Todos podemos cambiar el mundo» y en el libro es porque todos nos deberíamos obsesionar en resolver problemas y ser muy buenos resolviendo problemas porque a uno lo contratan o le pagan en la vida profesional, sea emprendedor o esté trabajando en una organización, es porque uno sabe resolver problemas. A uno no lo contratan porque oiga qué buena idea tiene, con lo contratado, usted es bueno para que el problema esté resuelto. Y yo creo que si uno, la primera cosa que tiene, yo diría, es uno se tiene que obsesionar con problemas. En qué sentido, en que por ejemplo, si alguien quiere mejorar la movilidad, no debería enamorarse la aplicación que se le ocurrió, sino precisamente de el problema de la movilidad, cómo lo va a resolver. Esa sería la primera.
Lo segundo es que Gabriel tiene un libro sobre el servicio compasión. Ahí hay una cosa que a mí, con los años, he cambiado mi opinión frente al tema. Pero para que ustedes sepan un poco, mi mamá es una licenciada en artes plásticas y no más de las que le dice a uno «vamos a meditar». Mi papá es un ingeniero electrónico, que les vamos a hacer un DAFO (debilidades, oportunidades, fortalezas) para tomar una decisión, y en la mitad de esa locura. Y entonces, digamos que los dos me acuerdo que eran muy insistentes con mi hermana y conmigo, era que no fuéramos apasionados.
Y yo creo que eso, con la vida, pues nosotros lo hemos ido cambiando con opinión, pero es bien particular, es porque a todos nosotros nos han dicho que la pasión es fundamental, ser apasionado, ser apasionado, ser apasionados. Y un día, mi papá, en ese momento era en Cartagena, me dijo: «mejor vamos a meternos en Carta, pero ustedes lo pueden hacer en su celular ahorita. Si ustedes buscan la definición de pasión en Google o en la RAE, la primera definición de pasión es el arte de padecer. Lo contrario a la acción».
Y yo lo miraba como era raro, porque el colegio siempre me insistía: encuentra tu pasión, busca tu pasión, y creo que vivimos en una sociedad alrededor de la pasión. Yo creo que la pasión es como la cafeína, eso usted entra con ella, pero eso se va a acabar en algún momento. Hay días en los que usted no va a tener pasión, hay días en los que usted va a decir: «con una nube gris en arriba que va a decir que ese quieto».
Si usted se concentra en identificar el para qué lo está haciendo, es decir, si usted encuentra las razones correctas de por qué lo está haciendo, que es hoy en día pues lo llamara el propósito, usted se va a levantar en los días grises y lluviosos, a pesar de que no tenga pasión. Y creo que eso ha sido fundamental a la hora de hacer cosas. Y es porque a la hora de crear o emprender, todo cuando uno arranca es con el propósito primero y no, si no está apasionado, creo que tiene más gasolina para llegar al final, la mayoría de mis amigos que se han casado y que muchos se han separado, cuando le pregunto por qué, dice: «no se nos acabó la pasión». Y cuando uno empieza a mirar, es nosotros tenemos un reto con la definición de pasiones, porque creo que entendemos una cosa a veces distinta cuando podemos estar hablando de entusiasmo. Esas serían dos y la tercera, yo creo que tiene que ver con la sostenibilidad.
En varios puntos, el primero es que el principal oxígeno que uno tiene en la vida llega a través de su nariz y ¿qué quiere decir con eso? Es que uno primero se tiene que poner su propia máscara. Usted me ha acompañado en liquidaciones de proyectos y a veces ponemos a los demás antes que a nosotros mismos en los emprendimientos. Contratamos gente y les pagamos primero a todos antes que a nosotros mismos, y creo que eso es un fracaso. Ahora mismo, en la mitad de un proceso que usted conoce, estamos liquidando una organización y me di cuenta de que el principal fracaso fue no haber puesto mis honorarios y pagos al principio dentro del costeo y el flujo de caja. Esto tiene implicaciones importantes, ya que si uno no es sostenible como persona, no sabe cómo se va a financiar desde el punto de vista financiero, lo que llevará al fracaso. Pero también tiene que ver con la sostenibilidad de los talentos, que muy pocos hablan de lo que significa. La sostenibilidad de los talentos es cuánto tiempo le dedicamos a entrenarnos a nosotros mismos y a la gente con la que trabajamos.
En mi opinión, el reto frente a la cuarta revolución industrial es el aprendizaje constante. Netflix funciona a través de suscripciones que nos paga mensualmente. Creo que parte de lo que va a pasar en la educación en los próximos años es que se volverá un modelo de suscripción o anual o mensual, donde uno pague por ir a la universidad, salir, volver, salir y volver, porque necesitamos aprendizaje constante. Xavi habló de la sostenibilidad del talento, y la otra parte de esa sostenibilidad tiene que ver con el entorno. Eso es una obsesión desde lo que nosotros hacemos. Cuando no hacemos las cosas por las razones correctas, no le hacemos daño a los demás. Eso significa que tenemos que evaluar muy bien cuál es el impacto que cada acción que uno tenga tiene en el medio ambiente o en el agua.
Creo que estas son las tres cosas importantes para emprender. Hay un tema que a mí me ha apasionado toda la vida, especialmente en los últimos 15 años, que es mirar a las personas que uno ve como ejemplos en el resultado. Cuando uno mira la historia de Bill Gates, Steve Jobs, Elon Musk, y otros grandes personajes que han logrado un éxito organizacional que la gente traduce normalmente en plata, yo lo veo un poco distinto. Tuve la oportunidad hace un par de semanas de escuchar a Obama en una plataforma de marketing, y cuando le preguntaron qué les decía a sus hijas en términos de educación, una cosa que me llamó mucho la atención y es Bill Gates, quien hoy es uno de los cinco hombres más ricos del mundo, comenzó a pensar en el tema de las computadoras, nunca imaginó que su sueño sería convertirse en el hombre más rico del mundo. Cuando Jeff Bezos creó Amazon, su obsesión no era hacer dinero, sino brindar soluciones complementarias a la vida de las personas. El emprendimiento es un tema complejo, ya que emprender con hambre puede ser bastante difícil. En el proceso de persistencia, muchas personas se retiran porque sienten que no están generando suficientes ingresos. Normalmente, las personas terminan haciendo actividades que no les apasionan. Un artículo de Gallup demuestra que solo el 13% de la población colombiana es feliz en su trabajo, a pesar de que pasamos el 80% del tiempo en el trabajo. ¿Cuál es el mensaje para los emprendedores y para aquellos que quieren crear empresas? Es complejo, y cuando se lee la historia de personas como Bill Gates y Jeff Bezos, uno se da cuenta de que ellos también fracasaron muchas veces antes de alcanzar el éxito. La experiencia como emprendedor puede ser un ejemplo para otros. ¿Cuáles son los superpoderes de un emprendedor o líder? Para mí, más que un superpoder, es la pasión con la que uno hace lo que hace. Es el amor infinito con el que uno hace las cosas lo que hace que servir a los demás sea una prioridad. Cuando uno admira a personas que están haciendo cosas increíbles en Latinoamérica, como Henri y Bradford, el rector del CESA, se da cuenta de que la mayoría de las personas que han tenido éxito en sus emprendimientos tienen claro cuál es su súper poder. Descubrir este talento a veces puede ser complejo, pero la mayoría de las personas lo descubren al hacer las cosas, no meditando. Los negocios, emprendimientos y proyectos se construyen alrededor de este talento, cuándo él pensó en el tema de las computadoras nunca se imaginó que su sueño era ser el más rico del mundo. Cuando oyes versos, creo que Amazon fue su obsesión. No era hacer dinero, sino prestar soluciones complementarias a la vida de la gente. Ese tema en el emprendimiento es tan complejo porque, obviamente, emprender es mágico y maravilloso, pero emprender con hambre es bastante complejo. En el proceso de la persistencia es donde la gente se retira muchas veces porque dice «no me está dando el flujo, no tengo plata». Normalmente, la gente termina en actividades que no son su pasión. Acabamos de sacar un artículo de Gallup donde se demuestra que solo el 13% de la población colombiana es feliz en el trabajo que hace. Pasamos el 80% del tiempo en nuestro trabajo. ¿Cuál sería el mensaje para los emprendedores y para la gente que quiere hacer empresas? Es complejo. Cuando uno lee la historia de estas personas, se cayeron no una, cien veces para llegar. ¿Cuál es su experiencia como emprendedor, como un ejemplo, como un líder? ¿Cuál es su superpoder? El mío, pues yo creo que mi esposa porque me está viendo en este momento que es lo que yo había deseado. No, no. Yo creo que más que un superpoder es la pasión con la que yo hago lo que hago, es el amor infinito con el que yo hago lo que haga. Que hace que servir, servir es el tema. Y cuando no mira como como toda la gente que no admira. ¿Piensen ustedes en la gente que admiran? Cuando uno va los latinoamericanos que están haciendo cosas en este momento con Henri y Bradford, el rector del CESA, estamos haciendo un libro sobre cómo América Latina se está preparando para la cuarta revolución industrial desde la gente. Uno empieza a encontrar una foto y es que la mayoría de las personas hicieron como dos cosas. La primera, tienen claro cuál es su superpoder, y eso es a veces complejo porque si no le preguntan cuál es su superpoder y se lo preguntan así como yo, dice cuál es, la mayoría de ellas no lo descubrieron meditando, sino haciendo. Aún no pueden descubrir cuál es su superpoder haciendo. Dioses, que la mayoría de la gente hizo sus negocios, emprendimientos, sus proyectos alrededor de este súper talento. No se alejó de eso. Entonces usted ve, por ejemplo, una emprendedora como Jimena Bravo que usted conoce, que dice que su talento es conectar gente para hacer marketing. Entonces ya tiene una empresa gigante, MTL, pero conectada a lo suyo. Y ustedes miran, cada uno está juntado con estas dos cosas. Y lo mismo los profesionales más exitosos porque eso también es igual de importante. En la gente que está dentro de una compañía, una organización, en gente que logró encontrar ese superpoder y a partir de ese superpoder montar como cuál es su valor agregado, y yo creo que el reto que tenemos, tanto a nivel educativo como a nivel social, es hacer que la gente comience a cuestionarse cuál es su superpoder para cambiar el mundo. Por ejemplo, todos podemos cambiar el mundo. Muchas de las preguntas que la gente me hace en las redes sociales y que me escriben se enfocan en encontrar ese superpoder que uno tiene para hacer cosas. La felicidad en la vida está en encontrar ese superpoder.
En una conferencia maravillosa, hay una parte que me parece mágica, y es cuando se habla de saber cómo hacer preguntas. Una experiencia que me llamó la atención fue la de un carro de la profesora que ustedes miran. Hay una profesora llamada Ellen Langer que ha llevado a cabo muchos experimentos sociales para fomentar la innovación. Una vez, en su primera clase, presentó a un auditorio de 70 personas la foto de una persona que estaba en silla de ruedas y les preguntó si podía manejar. Para sorpresa de ella, todo el auditorio le respondió que era imposible. Ocho días después, en otra clase, la misma profesora mostró la misma foto y les preguntó a los estudiantes cómo podría manejar esa persona. Si buscan en Google, verán la cantidad de soluciones que se presentaron. Creo que parte de los problemas de innovación social en la vida de las personas tienen que ver con que uno no cambia la pregunta inicial. En lugar de preguntar «¿Se puede hacer?», deberíamos preguntarnos «¿Cómo lo hago?».
Hay una historia interesante sobre el presidente Kennedy. Él dijo que el hombre pisaría la luna. Cuando se reunieron en el Salón Oval de la Casa Blanca, alguien dijo que no sabían si era posible o si costaría mucho dinero. La respuesta de Kennedy fue que no se discutiría si era posible o no, sino cómo hacerlo. Creo que cuando cambiamos nuestra perspectiva y comenzamos a pensar en cómo hacer algo en lugar de si se puede hacer, las cosas empiezan a suceder.
Por ejemplo, una emprendedora social nos buscó y nos dijo que recolectaba libros en buen estado para jóvenes en Colombia. Nosotros teníamos un modelo para asesorar emprendedores, así que nos obsesionamos con la pregunta de cómo hacer que esta emprendedora recoja más libros de manera más rápida, llegamos a una solución muy fácil que implementamos. Era cada vez que alguien pedía una hamburguesa o una pizza a domicilio, se le preguntaba al domiciliario en el call center si la persona tenía un libro en muy buen estado en su casa. Si lo tenían, se les pedía que lo enviaran con el domiciliario y nosotros lo recogíamos. Utilizando esta estrategia, pudimos recolectar 35,000 libros.
Para lograrlo, cambiamos la pregunta y creo que este tema de cambiar la pregunta está relacionado con otro, que es un mensaje de WhatsApp que genera mucho miedo. Hablaré de eso más tarde.
El mensaje dice «necesito que hablemos», y creo que esto se debe a que nuestro sistema social y educativo no nos ha enseñado a tener conversaciones difíciles. Las conversaciones difíciles son súper importantes para lograr cambios. A mí me preguntaron cuál es mi obsesión, y es que literalmente le mando mensajes a la gente para tener conversaciones difíciles. Todo el mundo dice «ya lo llamo», pero casi nunca hay una conversación difícil real. El peor disfraz para los colombianos es el de «tenemos que hablar».
Desde el punto de vista social, el Día de la Madre es el día más violento en Colombia, donde más gente muere. Cuando miras las cifras en la fiscalía, tienen que ver con lesiones no fatales que tienen que ver con conversaciones pendientes entre familiares, hermanos, primos y amigos. Muchas veces hay un tema pendiente en las familias o en las oficinas que nadie quiere hablar. Es importante tener conversaciones difíciles para prepararnos para la cuarta revolución industrial y para preparar el sistema educativo. Tenemos que obsesionarnos en tener conversaciones difíciles, aunque sean incómodas y generen un vacío en el estómago.
En mi opinión, algunos somos como tiburones frente al «tenemos que hablar», queremos morder o atacar a la persona que nos dice eso. Por otro lado, hay mucha gente que es como los conejos y evita tener conversaciones difíciles. Yo he tenido que hacerlo en chats familiares.
La primera persona que se salió del grupo abandonó el conflicto porque no le gustaba. Yo creo que parte del reto que tenemos hoy en día en nuestra sociedad es obsesionarnos con tener una forma de trabajo en equipo similar a la de las abejas. Las abejas van al panal, se enfrentan al conflicto, vuelven y, a pesar de ello, siguen trabajando juntas. Necesitamos ser más como las abejas para hacer que las cosas sucedan.
Cuando hablo con muchos emprendedores que han logrado hacer negocios maravillosos, hay dos temas que personalmente me preocupan infinitamente. El primero es el bajo nivel de percepción que tenemos acerca del servicio. Tenemos gente maravillosa para inventar y crear ideas, pero en cuanto a la ejecución y el servicio, tienen enormes retos. El segundo tema es el gerencial, porque hay personas que han dedicado gran parte de su vida a diseñar una idea, pero estamos lejos de convertirla en una realidad que se diferencie y se mueva.
Cuando usted nos explica lo que está sucediendo en la transformación y lo que va a pasar con la pérdida de empleos, tengo la convicción de que por más tecnología que haya, jamás se podrá sustituir completamente la interacción humana. El encanto del servicio de la humanidad está en la interacción con el otro. ¿Qué les podríamos decir a las nuevas generaciones en términos de esos dos temas? La importancia del servicio y la importancia del cliente, el trato a la gente. ¿Qué nos puede decir sobre eso?
Creo que en la cuarta revolución industrial, el tema principal será la guerra del tiempo. Es decir, la lucha por tener el tiempo de los demás, por lograr su atención. En la era de la cuarta revolución industrial, tendremos que elegir entre un tema en línea o un tema físico. Entraremos en una era fascinante, ya que antes de la primera revolución industrial, los artesanos eran fundamentales en el proceso de elaboración de productos. El artesano hacía un producto diseñado para el usuario, pensando en el cliente y lo hacía personalizado. Esto indica que gran parte de lo que nos convertiremos en los profesionales de los próximos 50 años es que tendremos que ser mucho más.
Lo que los artistas quieren decir es que vamos a generar productos y servicios que la gente quiera que yo les haga, porque yo quiero tener toda su atención. Eso nos permitirá ser más esenciales como artistas, y el servicio será fundamental. Algunos dicen que con inteligencia artificial se podría replicar cualquier obra de arte del mundo, pero nadie diría que una obra de Picasso o de Miguel Ángel tiene más valor que una obra producida por inteligencia artificial. La razón principal es que lo hizo un humano, un artista, y gran parte de lo que nos buscarán profesionalmente será porque lo que yo hago tiene un superpoder, pero también un valor agregado que lo hace único y especial.
Lo que está sucediendo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Columbia es interesante porque se están dando cuenta de que la inteligencia artificial va a conocer todo sobre los códigos, pero nos están entrenando en psicología para acompañar a los clientes durante el proceso y ayudarles a manejar su mente durante un proceso de litigio. Se está volviendo cada vez más importante en todas las profesiones, y los grandes artistas están dedicándose a generar tribus. Si uno logra tener mil clientes satisfechos con el servicio, no necesitará buscar más allá de ellos.
La transición es rara porque las máquinas pueden producir muchas cosas, pero jamás reemplazarán al humano a la hora de hacer valor agregado como un artista. El servicio al cliente será fundamental. En muchos hoteles, cuando uno sale, no hay mucha impresión. La experiencia siempre es la misma, salvo en el Hotel Estelar. Es importante tener en cuenta que el cliente paga nuestro sueldo, y su experiencia es importante.
Pasando al tema de los jóvenes que aún están en la universidad, escucho a mis sobrinos y a los familiares de mi esposa y hermana preguntar si deberían hacer un posgrado o estudiar en el extranjero. Si uno se graduara hoy, ¿debería irse a estudiar afuera?» Independientemente de lo que quiera estudiar, ya sea (1) o (2), usted debería buscar temas complementarios a su carrera o, si encuentra su propósito en otra cosa, decir: «Yo me quiero dedicar a otra cosa», ya que hay un conflicto importante con los padres. Hay un papá que dice: «¿Cómo va a hacer un posgrado en antropología o cosas similares si tiene 25 años y ya estudió derecho?», ¿quién nos puede contar sobre esto? Usted puede decir algo en el auditorio o no.
Además, es importante no pensar solo en el presente sino en los 100 años que vienen. Su hija probablemente vivirá hasta los 110 años y los niños que están estudiando ahora también vivirán mucho tiempo. Nadie debería tener solo una carrera en su vida. Como mencioné al principio, el 65% de los trabajos que los niños están haciendo hoy en día aún no existen. Por lo tanto, debemos cambiar la pregunta: no hay que obsesionarse en octavo, noveno y décimo grado preguntándose: «¿Qué quiero estudiar?» Debemos enfocarnos en otra pregunta: ¿Qué problema quiero resolver en la vida?
Cuando uno se obsesiona con resolver problemas en la vida, entonces dice: «¿Cómo puedo resolver este problema? ¿Puedo usar mi carrera en derecho para resolverlo? ¿La filosofía me servirá para resolverlo? ¿O tal vez necesito estudiar otra profesión para resolverlo?» Esta es una pregunta que, si nos obsesionamos más, tendremos gente que querrá volver a la universidad porque se dio cuenta de que para resolver ese problema tendrán que volver a estudiar muchas veces.
Además, en la era digital, frente a las noticias falsas o las redes sociales, el futuro de la humanidad dependerá del pensamiento crítico. Esto significa que debemos conocernos a nosotros mismos mucho mejor porque los algoritmos pueden manipular mucha información y hacernos creer que nos gusta algo cuando en realidad no nos gusta. Solo conociéndonos mejor podremos tomar mejores decisiones frente a la información que recibimos.
Entonces, cuando uno está pensando en carreras, oficios o profesiones, debe buscar estudiar cosas que lo hagan muy bueno en lo técnico de su carrera, pero también buscar complementariedad. Todos deberíamos estar estudiando filosofía porque la filosofía nos permite acercarnos a preguntas sobre quiénes somos como seres humanos, qué queremos hacer, qué nos gusta y para qué estamos aquí. La filosofía también nos permite saber cómo conversar, cómo respetar al otro y cómo encontrar nuestro lugar en el mundo.
Por último, uno debe hacer las cosas por las razones correctas. Si quiere hacer una maestría, debe hacerla porque está interesado en el tema y no solo porque le van a pagar mejor en mi opinión,
No hemos entendido el reto de la economía de hoy. Si uno quiere estudiar, aprenderá mejor cómo resolver un problema y eso lo posicionará mejor en el mercado laboral. Creo que podríamos decir que es una razón correcta, pero quien define eso es uno mismo. En mi caso, que estamos metidos en el mundo de la administración, hice un pregrado en administración. Gran parte del reto que tenía a la hora de lograr hacerlo superar por la educación buena nota era que no sabíamos comunicarlo, no sabíamos engancharnos con las audiencias y así lograr generar lo que queríamos. Hoy en día, por ejemplo, nuestra plataforma, Super Punto Hereje, tiene una «screen time» de 38 minutos, es decir, una persona que invierte 38 minutos en la plataforma. Y eso lo hace porque combinamos entretenimiento, educación y tecnología. Si usted estudió, por ejemplo, mis posgrados, estudió periodismo porque le enseñaron a entender a las audiencias a las que iba a producir contenido de manera entretenida. Creo que lo que uno debe buscar es esa la razón correcta por la que uno quiere hacerlo, y creo que el éxito está en desear hacer entrenamiento constante. Si es una maestría, depende del proyecto profesional que cada caso particular tenga. Muy bien, quiero terminar este diálogo para dar paso a las preguntas de ustedes y de la audiencia, con respuestas muy cortas, como en definiciones.
¿En su opinión, cuál es la definición de emprendimiento?
- Hacer que las cosas pasen.
¿En su opinión, cuál es la definición de fracaso?
- Hacer que las cosas no pasen.
¿En su opinión, cuál es la definición de éxito?
- Hacer que las cosas pasen de la manera que uno quiere.
¿Prefiere vivir en el presente o en el futuro?
- En el presente.
¿Qué es lo que más admira en la vida?
- A mi hermana, porque quiero recoger un poquito, le quito el tiempo a una pregunta. Hay una anécdota de Walt que me impresiona mucho cuando él habla acerca de la relación de su mamá con su hija, de la forma de comunicarse, y yo quiero que usted les cuente eso porque me parece que tiene un tema muy profundo para todos nosotros. Yo creo que uno de los problemas que tenemos hoy en día, y que tienen que ver con las empresas y el sistema educativo, es que, como ya les decía, nos falta empatía. Pero creo que nos falta empatía con algo muy básico.
- ¿Cuántos de ustedes les gusta recibir notas de voz de más de un minuto y medio en el celular?
Bueno, nadie levantó la mano. Ahora les voy a preguntar cuántos de ustedes reciben notas de voz en WhatsApp. Bueno. Entonces, gran parte del problema que tiene mi hermana y mi mamá es que a mi mamá le encantan las notas de voz y a mi hermana las detesta. Y entonces, entre ellas dos nunca se han puesto de acuerdo en algo, algo que yo ni siquiera insisto en los equipos de trabajo, y aquí están varios de ellos. Críticos, venga,
- ¿Cómo es que usted le gusta comunicarse? ¿Cómo es que usted le gusta?
Nuevamente, soy visual. Yo soy kinestésico. Yo soy auditivo. Y yo me doy cuenta de que entre más claridad uno tenga con su novia, con su novio, con la gente, cómo es que le gusta comunicarse, uno tiene mejores relaciones de trabajo. Porque a veces no le preguntamos y no sabemos. Yo les pregunto a ustedes: ¿saben la persona que más quieren, con la que más comparten, saben ustedes en WhatsApp cómo es que le gusta? Y yo creo que mi experiencia me ha indicado que no sabemos cómo a los otros les gusta que se comuniquen. Un estudio en el Hospital de Boston ha demostrado que los médicos mejor evaluados son aquellos que hablan con los pacientes en el lenguaje
La forma en cómo ellos aprenden y luego van a un hotel, pero en el hotel jamás se preocupan si uno es visual, kinestésico o auditivo. No le hablan de una sola forma, nunca le dicen «Señor», le explican con dibujitos. Queda parte del reto de nosotros el tener que aprender a entender al otro muchísimo más. El problema de ellas dos y, creo que el problema de muchos de nosotros en WhatsApp, que es por donde nos comunicamos, es que no sabemos cómo le gusta al otro que lo entrevisten. Soy yo quien está entrevistando para terminar los temas. Muy por parte mía, la llevo a contarle a mi hermana sí o sí, porque si no me va a ver y me preguntará por qué.
Bien, mi hermana es un personaje espectacular porque por aquí está, donde está Luisa. Allá está Luisa, de las mejores familias de mi hermana Luisa Escobar. Mi hermana, cuando nosotros vivíamos en Manizales, seguía en ballet en Pereira. Tenía ocho años y me acuerdo que esa mujer nunca se miró a sí misma, no la pudimos llevar a pereira, como sea, cogía un bus, ocurría lo que sea para ir a su clase de ballet. Pero a mí eso me parecía bien particular, decía que era loca. Pero con los años, me di cuenta del poder de la disciplina.
Nosotros tuvimos una crisis económica muy brava en el año 99, y mi hermana, en ese año, se graduaba del colegio y quedó de las mejores de su clase en el país. Y en mi casa no teníamos cómo mandarla a estudiar, no había cómo, y ese año quitaron Andrés Bello. Y ese año nos dieron la beca de Ecopetrol. Me acuerdo cuando mi hermana le dijo a mi papá, Alejo, fresco: «Que yo voy a estudiar donde quiero estudiar y luego a lograr». Y yo verla, esa es una hermana que está emocionada jaja. Mi hermana consiguió los co-deudores para estudiar, se fue a vivir a Bogotá, y un día fui a visitarla años después y mi hermana tocaba cubiertos o tres buses para ir a la universidad. Y hoy, 15 años después de eso, esto es una mujer profesional exitosa, dedicada al tema de educación en los EE. UU. Es una mujer que siempre uno admira y que es una bailarina espectacular, buena persona, que me enseñó el valor de la disciplina.
Yo creo que cada uno de nosotros, hombres, tenemos a una mujer que admiramos mucho. Y yo creo que en este mundo que necesitamos hablar de equidad de género, es una responsabilidad, y hablo de nosotros, como hombres, nos toca promover más mujeres, más mujeres, porque tenemos una responsabilidad, con sin duda una cantidad de barreras que aún existen.
Existen aún muchos desafíos para las mujeres en la actualidad, como la discriminación en el empleo cuando quedan embarazadas o están embarazadas. Además, nuestras ciudades no están diseñadas para facilitar el transporte de bebés en coche o autobús. Creo que como sociedad, es importante que los hombres también se involucren en la lucha por la igualdad de género, y especialmente que los gerentes promuevan y apoyen a las mujeres en el lugar de trabajo.
En cuanto al libro que más me ha impactado en mi vida, puedo mencionar «El hombre en el que se convirtió» de Manyi Became, que es la biografía de Franklin Delano Roosevelt. Esta obra me llamó la atención porque nací con una enfermedad respiratoria y pasé mucho tiempo en la clínica de presentación en mi infancia. Mis padres siempre me animaban a ver por la ventana y pensar en un mundo que me estaba esperando, lo que me ayudó a no sentirme como una víctima. La historia de Roosevelt también me inspira, ya que a pesar de tener una vida privilegiada y una gran inteligencia, contrajo polio y quedó paralizado. En lugar de rendirse, se obsesionó con encontrar una forma de mejorar la movilidad de las personas con polio, y durante 15 años construyó piscinas termales en Nueva York y Florida para ayudar a la gente a aprender a nadar y moverse. Roosevelt se convirtió en uno de los presidentes más importantes de la historia de los Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt fue reelegido como presidente debido a su capacidad para lograr una «revolución de confianza» en los EE.UU. En el día de su posesión, contó su propia biografía en el libro que él se soñaba posicionándose en el Capitolio, y logró su objetivo a pesar de estar inválido. Su mayor logro fue la creación de una revolución de confianza en el país.
En 1929, durante la Gran Depresión, la gente estaba retirando su dinero de los bancos, lo que generó un problema sistémico. Roosevelt pronunció un discurso presidencial en el que pidió a la gente que confiara en él y en el sistema financiero de los EE.UU., y les aseguró que no retiraran su dinero de los bancos. La historia demuestra que la gente confió en él y no retiró la cantidad de dinero que podría haber retirado.
La obsesión de Roosevelt era crear confianza en los EE.UU. porque la confianza es un capital social que nos permite generar y atraer mayor inversión, creer en nosotros mismos y creer en los demás. La confianza es esencial para enfrentar los desafíos en la vida.
El libro favorito del hablante es «El hombre en el que se convirtió», una biografía de Roosevelt, porque cree que la confianza es fundamental para enfrentar los desafíos en la vida. Mariana Pajón dijo una vez al hablante que la fórmula para el éxito es creer en uno mismo, superar las derrotas y celebrar los triunfos, y el hablante cree que la confianza es la clave para creer en uno mismo.
El hablante cree que necesitamos creer en nosotros mismos en Colombia para liderar la cuarta revolución industrial y comer el mundo entero.