
Hay muchas carreras que actualmente están siendo demandadas en el mundo laboral. La mayoría implican trabajos creativos y el uso de la tecnología, pero quiero que nos abstraigamos por un momento y nos enfoquemos en una pregunta que les suelo hacer a los jóvenes con los que trabajo: en vez de preguntarles “¿qué quieren estudiar?”, les pregunto “¿qué problema quieren resolver en el mundo?”.
Cuando nos preguntamos qué problema queremos resolver en el mundo obtenemos claridad. No sólo entendemos la dirección hacia la que nos dirigimos, sino que plantear el asunto así nos lleva a preguntarnos qué habilidades necesitamos para encontrarle soluciones a ese problema. Fíjense en la diferencia: es muy distinto el que dice “yo quiero estudiar economía” o “administración, desarrollo web” al que dice “yo quiero resolver el problema de la falta del acceso a marketing digital de las pymes” o “yo quiero resolver el problema de la salud de personas, de la mala nutrición en el mundo”.
Ahora que arrancamos desde ahí, desde entender qué problemas queremos resolver en el mundo, hagamos una pausa para pensar ¿Cuál es la carrera indicada? ¿Cuál es la maestría indicada? ¿Cuál es el próximo estudio indicado?
Hoy el mundo nos está mostrando a través de distintas plataformas que podemos aprender habilidades en internet. Entonces la pregunta es: ¿Para qué ir a una universidad, a un instituto técnico o tomar un curso pago certificado? La respuesta es que dependiendo de lo que estemos buscando a la hora de fortalecer nuestras habilidades hay mejores lugares para hacerlo.
Las instituciones de educación superior técnicas tienen unos procesos rigurosos que evalúan el currículo, las competencias y tienen un equipo de profesores que dedican su tiempo a buscar lo mejor en educación para sus alumnos. Por otro lado, hay plataformas en línea que también pueden servir para eso pero que no necesariamente están diseñados para mejorar competencias sino para adquirir nuevos conocimientos.
Por esa razón a la hora de preguntarse “¿Cuál es el lugar indicado para aprender?” conviene recordar primero cuál es el problema que quieres resolver, y segundo hay que preguntarse, ¿en el lugar que elegí cuántas horas me van a enseñar, qué habilidades voy aprender, voy a conocer más del tema o voy a aprender a resolver el problema?
Una tercera cosa que me preguntaría es ¿qué pasa si no estudio sino que me pongo a trabajar? Y no estoy diciendo que la educación no sea importante; yo soy un abanderado de la educación. Me refiero, en realidad, a que a veces también puede servir tirarnos al agua, por ejemplo haciendo la practica en una compañía, o siendo voluntarios de una nueva iniciativa, o creando un nuevo portafolio propio. Cuando estemos tomando la decisión de qué estudiar y dónde estudiar preguntémonos primero ¿cuál es el problema que quiero resolver en el mundo? Segundo ¿qué habilidades y competencias debo tener para resolver ese problema y cómo puedo adquirirlas? y finalmente se trata de ponerlas en práctica y ponerse manos a la obra, es decir, ejecutar y hacer que las cosas pasen.
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